Hay una cierta cantidad de días con las que todos contamos en este mundo.
Un tiempo limitado. ambiguo pero preciso. Abstracto pero concreto.
Y este tiempo es algo que se aprende a aprovechar día a día.
El problema empieza cuando llevas una carga en la espalda de algo que no pudiste dejar atrás porque no hubo a quién dárselo para que vos puedas seguir caminando.
El mejor mochilero que conozco se llama Jesús, o Dios, o Espíritu Santo.
Los tres son uno y uno son los tres. No hay uno sin el otro y no hay jerarquías.
Te cuento que aquello de lo que algún día quisiste arrepentirte pero no tenías con quien 'descargarte', ya fue cargado. En un madero... grande, alto... macizo... una cruz, específicamente.
Sí, sí te estoy hablando enserio. Todo lo que cargas hoy ya fue cargado.
Eso que vos crees que nadie entiende y que nadie más que vos podría soportar jamás, ya se entendió y se soportó.
Ahora es tu turno de dar las gracias, porque sin esa persona, sin Él, vos y yo no estaríamos acá. No podríamos soportar nuestras propias cargas, y estaríamos encadenados al infierno.
"Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado por el Espíritu"